Los niños que juegan con sus padres son más felices
Un estudio reciente dice que el 90% de los padres y el 81% de las madres
juegan poco con sus hijos pese a ser algo fundamental para el
desarrollo de los niños:
Los 10 principios fundamentales del juego familiar
1. Jugar con los hijos no significa perder el tiempo.
El
juego familiar constituye un escenario de comprensión y comunicación
ideal que potencia el aprendizaje espontáneo en los niños.
2. Fomenta la autoestima y las relaciones interfamiliares.
El
juego familiar representa un contexto único para la interacción entre
padres e hijos, que promueve el aprendizaje y la autoestima tanto en
los padres como en los hijos.
3. Jugar con los padres infunde seguridad al niño
La
vivencia de apegos afectivos positivos y seguros con los padres que
potencia el juego familiar facilita el intercambio de experiencias y
aporta tranquilidad y confianza a los niños.
4. Promueve las habilidades socioemocionales.
La
familia es el contexto de desarrollo y realización personal idóneo para
que el niño desarrolle una imagen de sí mismo y del mundo que le
envuelve. Las interacciones que se dan en el juego familiar potencian
las relaciones sociales (afecto, comprensión y adquisición de reglas
sociales y lingüísticas) y crean oportunidades para explorar, aprender y
refinar habilidades sociales.
5. Permite más autocontrol emocional.
El juego
compartido pone en práctica las emociones de los niños. A través de
estos intercambios los niños aprenden a influir en los otros, a regular
sus emociones, a tener más control emocional y a reconocer las señales
afectivas y emociones ajenas.
6. Fomenta la creatividad infantil y el éxito escolar
El
juego familiar estimula la imaginación de los niños ya que el ambiente
que establecen las interacciones padres-hijos favorecen la
experiencia vital del niño y permiten relacionarse creativamente en su
relación con el mundo real lo que, posteriormente, le permitirá
acceder a la vida cultural. Además, los niños con más imaginación son
menos agresivos, más tolerantes y tienen mayor éxito en las tareas
escolares.
7. Promueve la popularidad y la competencia social.
Los
niños que muestran afectos positivos en las interacciones con sus
padres son valorados como más populares frente a los que muestran
emociones negativas.
8. Favorece la atención del niño.
El juego interactivo padres-hijos promueve la capacidad de concentración y atención entre los pequeños.
9. Potencia la actividad infantil
Compartir tiempo
de juego con los hijos permite pasar de la pasividad a la actividad. El
juego familiar convierte las experiencias sociales pasivas en
situaciones activas y placenteras y elimina los sentimientos negativos
asociados.
10. Promueve la felicidad.
Los padres que más se implican en el juego de sus hijos tienen muchas más probabilidades de criar un hijo feliz.